Diario de la Ciguapa
Sara Pérez
Con los contactos de Facebook he comentado más de una vez, que el acto del “lanzamiento” de la candidatura de Leonel Fernández no fueron las declaraciones proporcionadas por Félix Bautista en el Congreso Nacional -en otro de esos cada vez más comunes capítulos de confusión entre Estado y Partido- sino la emisión de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.
Esta forma
parte del tipo de puestas en escena en las que Vincho tiene sobrada experiencia
y ante la que a Leonel no le estorba ningún escrúpulo y ni le faltan recursos
humanos y económicos para ponerlas en práctica.
Primero, la
sentencia deja en un Limbo jurídico y sobe todo en un Limbo electoral, a una
proporción de votantes que por su extracto social, podrían pronosticarse como
adeptos al medio desmigajado PRD, que tiene una base de sustentación asegurada
en los sectores más depauperados de la sociedad.
Segundo, esto
coloca al grupo de Danilo Medina, que por estos días pretende gobernar, contra
la pared, porque es inaplicable y genera tensiones internacionales
insostenibles; pero tiene mucho apoyo de la gente sin la debida información y
perspicacia, que desde luego es la mayoría y está loca por ubicar algún
culpable de sus desdichas y no voltea sus ojos hacia los poderosos que la han
destripado, haciendo fortunas al vapor o por generaciones, a la sombra del
gobierno; sino que se descarga en los que están por abajo de su “estatus”
y son más fáciles de patear. No se percatan de que muchos de los
pateadores de los niveles inferiores son así mismos pateados por los del Ku
Klux Klan criollo, que siendo bastante marrones, cuando no definitivamente
negros, se creen herederos de algún tipo de primordialidad de blancura e
hispanidad europea.
Incluso,
los ultranazionalistas trujillistoides (muchos de los cualen son parásitos del
gobierno) hicieron hace un par de días, unas denuncias de que el Presidente
Danilo Medina se apresta a fusionar la isla, por la puesta en práctica de
una pretendida regularización de los extranjeros, que tiene aspectos
acertados, pero no soluciona , en modo alguno, el problema de los dominicanos
de origen haitiano despojados de su nacionalidad, caso este último, que es una
atrocidad neofascista, aplaudida en primera instancia por un sector de paleros
amenazantes y criminales calieses, cuya patria siempre ha tenido el
tamaño de sus bolsillo.
Sin embargo, si
hay alguna fusión en proyecto, el principal sospecho de implementar la
iniciativa, no debe ser Presidente Danilo Medina, sino Leonel Fernández,
a quien no es por capricho que le dicen “El Emperador” y de quien no se puede
durar que esté planeando la creación de un microimperio.
La idea de
gobernar Haití desde la República Dominicana está muy lejos de resultar
novedosa en los círculos trujillistas que se autoatribuyen una virtud
“civilizadora” y, de hecho, hay más de un síntoma que apunta en ese sentido.
Algunos
intelectuales haitianos, profundamente identificados con su independencia y su
legado histórico de confrontación con la esclavitud (igual que muchos
dominicanos también aprecian su independencia); miran con preocupación los
negocios en común que han tenido el desastroso Presidente haitiano Michel
Martelly y algunos políticos dominicanos muy allegados Leonel Fernández, en
concreto, don Félix Bautista, el ex-sastre y nuevo potentado, que sacó parte de
su opulencia, de entre los escombros del terremoto de Haiti y desde luego, de
sus desvelos como sacrificado funcionario público de dependencias
gubernamentales, que siempre están más o menos en ruinas, mientras sus
directivos prosperan hasta volverse del tamaño de una manada de elefantes.
El honorable
senador, ha despegado como un nuevo super genio de las finanzas, sacando
oro de entre los zurcidos de los fundillos desgastados en los pantalones de los
sembradores de habichuelas de San Juan de La Maguana.
El doctor
Fernández y don Félix Bautista son dos de los dominicanos que más negocios
prósperos han desarrollado en Haití y que tienen unas muy estrechas y
fructíferas asociaciones con el Presidente Martelly, quien, según consta en
documentos publicados por Nuria Piera, le concedió al sastre Bautista,
improvisadamente enganchado a constructor, contratas por valores superiores a
los 350 millones de dólares.
Esta amabilidad
extrema, forma parte de los frecuentes negocios, intercambios y acuerdos de la
mutual Leonel-Felix con Martelly que cuando era candidato y ya siendo
Presidente, recibió de Félix Bautista, por lo menos, una cantidad documentada
de 2 millones, 587 mil dólares.
También la
universidad (sobrevaluada) que donó Leonel a Haití, en nombre del pueblo
dominicano, (que no fue consultado para esa iniciativa) puede inscribirse entre
las expresiones del permanente compinche de Leonel y Martelly. Este último, no
solo ha sido, como se le ha señalado, el candidato de los gringos, sino el
títere de Leonel en Haití.
Por lo pronto,
la sentencia 168-13, le ha caído como una bendición a Martelly, que ha tenido
la oportunidad de levantarse como una voz justiciera, en defensa de los
realmente maltratados y perseguidos, dejando de lado, la crítica situación
política a la que se enfrentaba hace apenas unos días, cuando en Haití estaban
reclamando su dimisión, acusado de inepto, ladrón y corrupto, tal cual también
se ha dicho de sus titiriteros.
Y ni qué decir
de lo que la sentencia supone para Leonel, cuyos desmadres han caído en el saco
del olvido, con la población mirando con ojeriza y considerando culpables a los
dominicanos de origen haitiano y hacia los inmigrantes haitianos, que se
multiplicaron durante los gobiernos de Leonel, cuando todas las mafias
policiacas y militares hicieron metástasis en el país.
La única fusión
registrada indudablemente hasta ahora, es la de Leonel y Martelly, asociados
para exprimir con más eficiencia e impunidad a ambos pueblos: el dominicano y
el haitiano.
Fuente: Acento.com.do
http://www.acento.com.do/index.php/blog/11865/78/La-fusion-de-Leonel-y-Martelly.html
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