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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Las hojas de otoño

Las hojas caen,  es otoño, final del verano, antesala del invierno. Las hojas de otoño caen lentamente,  melancólicas y tristes, terminando su mustio vuelo  abatidas, a ras del suelo, y los árboles deshojados  secos y sin lozanía, cantan una discreta elegía. La alfombra de hojas crujientes, pálidas, arrugadas y secas, anuncian que llegó el otoño con su acuarela de colores, sus atardeceres de ensueño, y sus mágicos arreboles. Y el gélido invierno, con su frío y desolación, aniquilará el suave otoño, y como nada es para siempre, el invierno mismo morirá  en la siguiente estación. Y en la primorosa primavera  el bosque se vestirá  de verde follaje, y renacerán las hojas,  y brotarán los retoños hasta que vuelva el otoño.

Qué es una dictadura?

Toño que es una dictadura? Dictadura es un régimen donde todos los poderes del Estado se concentran en un individuo, un grupo o un partido. Todo lo controlan y no tienen ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar la Constitución y las leyes a su voluntad. Controlan directa o indirectamente, los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Y donde no hay definida la separación de poderes, es una dictadura. Y en una dictadura no hay libertad de expresión y disensión. Qué te parece sobrino? Bueno Toño, es mejor no opinar

Fue un éxito tu funeral...

Fue un éxito tu funeral... Y aunque tú no lo creas, tú funeral fue todo un éxito. Te diste cuenta del público que fue a verte y lo que aprendiste de ésa tú última despedida terrenal. Te vinieron a despedir tus enemigos ocultos y pudiste comprobar la magnitud de la hipocresía de los humanos. Ah, y te diste cuenta que el amante de tu mujer la consolaba cínicamente, y le susurraba al oído que ya había llegado su liberación. Que duro fue para ti cuando viste que en pleno velorio tu esposa y tus hijos ya estaban hablando de la repartición de tus bienes que tanto sudor y honradez te costaron. Y entendiste, ahora que estás trascendido, que en tu equipaje solo cabe el amor que diste y tus vivencias personales. Amigo, fue un éxito tu funeral.

Delincuentes grises

Lo mataron, igual que a Lola, a las tres de la tarde. Todo empezó la tarde de junio, cuando el capitán Marchena fue al punto de drogas de Pedro Moreta, alias el buey. Ambos, el buey y el capitán, conversaban amigablemente, sentados en la galería de la casa donde operaba el negocio de drogas, y de repente, aparecieron tres individuos fuertemente armados y acribillaron al buey. El capitán le dio el tiro de gracia. Nicanor Ortega estaba sentado en el balcón de su casa y vio, para su desgracia, todo lo que ocurrió. Desde ese día recibió su sentencia de muerte, y comenzó su vida fugitiva. Su persecución fue tenaz y sin pausa. Su vida se deterioró por la angustia y el estrés. Una tarde septembrina, que sería la última de su vida, un familiar lo citó al colmado del primo para que allí viera a su esposa y su hija. Pero lo estaban acechando y lo acribillaron sin piedad, delante de su familia. Lo mataron por ser un testigo casual, que salió al balcón a tom

Maritza “la cuero”

El título no es para alarmarse, ni causar el “rubor moral” de hipócritas moralistas de pacotilla. Pudiera haberse titulado “Maritza, la prostituta”, o más estilizado: “Maritza, la meretriz”, pero la realidad es que en su barrio, desde su niñez, le llamaron: “Maritza la cuero”. Y esta es una de las historias que suceden a diario en este país. Le llamaban Maritza la Cuero , por sus incesantes actividades promiscuas y favores sexuales a cambio de dinero. Maritza fue violada por un tío suyo a los once años de edad. Ese día que marcó su vida, su tío le regaló cinco mil pesos para que no hablara y la consabida amenaza de matar a su madre si lo denunciaba. Maritza vivía humildemente con su madre soltera, su padre había abandonado el hogar cuando ella tenía dos años de existencia. Emiliano, tío de Maritza, la visitaba cada quince días para mantener sus relaciones incestuosas y darle el dinero de sus caricias vendidas, y le instruía de que cada favor sexual se te