La manera más fácil de vivir en nuestro medio es con la deshonra que
produce la abyección y la entrega de la dignidad; es con la desvergüenza
y el cinismo altero. La manera más difícil es manteniendo una postura
honrosa, sin abyección y sin la entrega de la dignidad; con vergüenza y
sin cinismo.
He analizado y enfrentado desde los ocho años de edad, lo que el razonamiento me ha permitido conocer y la desgracia convivir: las injusticias que los poderes político, social, económico, militar y religioso han perpetrado, justificados por los historiadores y alabarderos que les han servido de encubridores. Eso en nuestro país y en la vecina Haití, para no ir más allá.
La Ley TC-0168/13 si no tuviera un contenido de retroactividad y de justificación de la masacre de haitianos perpetrada en 1937 por la tiranía tal vez la llamaría oportuna, de ser una hechura de consenso y no demostrara ser redacción de un pequeño círculo con poder judicial y con respaldo de grupo afín.
He visto declaraciones de personeros trujillistas que por años se agazaparon en las luchas de nuestro pueblo para que, llegado un momento como el actual, poder defender aquel régimen despótico que durante treinta años solamente ofreció persecución, prisión, ostracismo, tortura y muerte a quienes no se les arrodillaban
.
La nueva Ley les permite el eco de la constitución del 1929, precisamente con la que el poder imperial pudo poner a su representante como gobernante del país, y las demás ediciones modificadas para hacerlas a la medida del dolor de los dominicanos.
Un poco de historia para no alargar esta exposición.
Los antepasados que llegaron espontáneamente a esta isla iniciaron el saqueo y la muerte de sus habitantes, diezmaron la raza indígena e invadieron Africa matando mujeres y niños y trasladando de la manera más inhumana conocida a los hombres y mujeres que les servirían sin costo en sus plantaciones.
Recuerden que nuestros antepasados desembarcaron con sus pies y los otros encadenados para sustituir el trabajo esclavo del indígena diezmado.
Escribió un decimero de la colonia:
Ayer español nací,
en la tarde fui francés,
en la noche etíope fui,
hoy dicen que soy inglés;
no sé que será de mi.
Como vemos somos una gama de nacionalidades. No somos tan puros en ninguna de ellas.
En el 1804 Haití se libera de la esclavitud y declara su independencia, en una de las luchas más ejemplares de la historia de las Américas. Sánchez Ramírez llega en 1807 vence a los franceses en la Batalla de Palo Hincado busca, sin lograrlo efectivamente, la entrega de nuestro suelo al poder español y como en el 1821 Nuñez de Cáceres proclama la independencia que resultó efímera, indujo a los haitianos a ocuparnos en el 1822 ante el temor de ser invadidos desde nuestro territorio y perder su independencia y libertad por la acción de los franceses que amenazaban tomar la parte este de la isla.
En 1838, dentro del pequeño territorio amurallado, frente a la iglesia del Carmen de la calle Arz. Nouel, se constituye la Sociedad La Trinitaria y seis años después, en el 1844, es proclamada la separación definitiva del gobierno haitiano y la República Dominicana, permitiendo que traidores empujaran hacia el exilio al precursor, Juan Pablo Duarte.
La invasión norteamericana del 1914 preparó el camino para dejarnos aquella dictadura cruel y sangrienta que produjo la masacre de haitianos en el 1937, la cual han querido ocultar algunos que si son malos dominicanos.
He leído, visto y escuchado a muchos, que el color de su piel nos indica que sus antepasados llegaron bajo esa dolorosa situación de Africa, y otros que sus ancestros fueron Negros Libertos o Cocolos, prohijar y aplaudir esa muestra de inhumanidad.
He oído como supuestos representantes de un Dios Misericordioso e imparcial se mezclan con la ignominia, con la desconsideración humana.
He notado como se nos quiere engañar con una falsa dominicanidad que solamente la esgrimen cuando les conviene, pero que en la realidad la tienen pisoteada.
He conocido la hipocresía, disfrazada de un falso patriotismo y la mentira que engaña al inocente, más no al que razona.
Y yo razono y……. espero.
Que nuestros nacionales que emigraron buscando mejores horizontes, no reciban tratamiento similar de desprecio.
Que seamos un poco humanos y busquemos solución, sin leyes retroactivas, sin divergencias y enfrentamientos, que serian dolorosos para los descendientes de ambas naciones y dialoguemos sobre un ¨Desarrollo Simultáneo de Dominicana y Haití en Convivencia Pacífica¨.
He analizado y enfrentado desde los ocho años de edad, lo que el razonamiento me ha permitido conocer y la desgracia convivir: las injusticias que los poderes político, social, económico, militar y religioso han perpetrado, justificados por los historiadores y alabarderos que les han servido de encubridores. Eso en nuestro país y en la vecina Haití, para no ir más allá.
La Ley TC-0168/13 si no tuviera un contenido de retroactividad y de justificación de la masacre de haitianos perpetrada en 1937 por la tiranía tal vez la llamaría oportuna, de ser una hechura de consenso y no demostrara ser redacción de un pequeño círculo con poder judicial y con respaldo de grupo afín.
He visto declaraciones de personeros trujillistas que por años se agazaparon en las luchas de nuestro pueblo para que, llegado un momento como el actual, poder defender aquel régimen despótico que durante treinta años solamente ofreció persecución, prisión, ostracismo, tortura y muerte a quienes no se les arrodillaban
.
La nueva Ley les permite el eco de la constitución del 1929, precisamente con la que el poder imperial pudo poner a su representante como gobernante del país, y las demás ediciones modificadas para hacerlas a la medida del dolor de los dominicanos.
Un poco de historia para no alargar esta exposición.
Los antepasados que llegaron espontáneamente a esta isla iniciaron el saqueo y la muerte de sus habitantes, diezmaron la raza indígena e invadieron Africa matando mujeres y niños y trasladando de la manera más inhumana conocida a los hombres y mujeres que les servirían sin costo en sus plantaciones.
Recuerden que nuestros antepasados desembarcaron con sus pies y los otros encadenados para sustituir el trabajo esclavo del indígena diezmado.
Escribió un decimero de la colonia:
Ayer español nací,
en la tarde fui francés,
en la noche etíope fui,
hoy dicen que soy inglés;
no sé que será de mi.
Como vemos somos una gama de nacionalidades. No somos tan puros en ninguna de ellas.
En el 1804 Haití se libera de la esclavitud y declara su independencia, en una de las luchas más ejemplares de la historia de las Américas. Sánchez Ramírez llega en 1807 vence a los franceses en la Batalla de Palo Hincado busca, sin lograrlo efectivamente, la entrega de nuestro suelo al poder español y como en el 1821 Nuñez de Cáceres proclama la independencia que resultó efímera, indujo a los haitianos a ocuparnos en el 1822 ante el temor de ser invadidos desde nuestro territorio y perder su independencia y libertad por la acción de los franceses que amenazaban tomar la parte este de la isla.
En 1838, dentro del pequeño territorio amurallado, frente a la iglesia del Carmen de la calle Arz. Nouel, se constituye la Sociedad La Trinitaria y seis años después, en el 1844, es proclamada la separación definitiva del gobierno haitiano y la República Dominicana, permitiendo que traidores empujaran hacia el exilio al precursor, Juan Pablo Duarte.
Colaboración haitiana a Sánchez en la gesta restauradora
En el 1861, uno de los traidores, Pedro Santana, envía a Ramón Matías Mella a entregar la independencia a España y convertirnos de nuevo en colonia, lo cual fue enfrentado por Gregorio Luperón y otros grandes héroes de nuestra verdadera dominicanidad, como lo es Francisco del Rosario Sánchez que murió fusilado por orden de Santana en El Cercado. Esta acción restauradora de nuestra independencia contó con la colaboración haitiana; la historia no pudo ser borrada cuando Sánchez expresó: ¨Entro por Haiti, porque no puedo por otro lado, y si alguien quiere mancillar mi nombre decidle que soy La Bandera Nacional¨. La acción restauradora de Capotillo está latente en el monumento existente allí.
Seamos humanos y busquemos soluciones sin leyes retroactivas
La invasión norteamericana del 1914 preparó el camino para dejarnos aquella dictadura cruel y sangrienta que produjo la masacre de haitianos en el 1937, la cual han querido ocultar algunos que si son malos dominicanos.
He leído, visto y escuchado a muchos, que el color de su piel nos indica que sus antepasados llegaron bajo esa dolorosa situación de Africa, y otros que sus ancestros fueron Negros Libertos o Cocolos, prohijar y aplaudir esa muestra de inhumanidad.
He oído como supuestos representantes de un Dios Misericordioso e imparcial se mezclan con la ignominia, con la desconsideración humana.
He notado como se nos quiere engañar con una falsa dominicanidad que solamente la esgrimen cuando les conviene, pero que en la realidad la tienen pisoteada.
He conocido la hipocresía, disfrazada de un falso patriotismo y la mentira que engaña al inocente, más no al que razona.
Y yo razono y……. espero.
Que nuestros nacionales que emigraron buscando mejores horizontes, no reciban tratamiento similar de desprecio.
Que seamos un poco humanos y busquemos solución, sin leyes retroactivas, sin divergencias y enfrentamientos, que serian dolorosos para los descendientes de ambas naciones y dialoguemos sobre un ¨Desarrollo Simultáneo de Dominicana y Haití en Convivencia Pacífica¨.
Amén.
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