El conocimiento propio es un proceso, no es un fin en sí mismo; y para conocernos debemos estar atentos a nosotros mismos en la acción. P ara que uno pueda transformarse es esencial que se conozca. Uno debe conocerse tal como es, no cómo quisiera ser, lo cual tan sólo es un ideal y, por lo tanto, algo ficticio, irreal; sólo lo que es puede ser transformado, no lo que uno desearía ser. Conocernos tal como somos requiere una vigilancia extraordinaria de la mente, porque lo que es experimenta modificaciones, cambios constantes; y para poder seguirlos con rapidez, la mente no debe estar atada a ningún dogma, a ninguna creencia, a ningún modo de acción. Si uno quiere ir en pos de algo no es bueno estar atado. Si soy codicioso, envidioso, violento, de poco vale que tenga meramente un ideal de no violencia, de no codicia... La comprensión de lo que somos, el comprender sin distorsión alguna lo que en realidad somos, es el principio de la virtud. La virtud es esencial, porque ella
José Núñez Grullón