Escribe tu
propia canción, para que la puedas cantar con
alegría y entusiasmo.
Para otros, no será más que una canción, pero para ti será la melodía de tu propia alma; será la expresión sonora de tu ser, vibrando al compás del perpetuo fluir del universo, donde nada se detiene ni se estanca, sino que todo está en continuo movimiento y en constante expansión.
Tu canción será como el sonido de un rumor lejano, que luego irá in crescendo, hasta convertirse en un coro de mil voces, que llenará cada recodo de tu existencia de placentera quietud.
Para otros, no será más que una canción, pero para ti será la melodía de tu propia alma; será la expresión sonora de tu ser, vibrando al compás del perpetuo fluir del universo, donde nada se detiene ni se estanca, sino que todo está en continuo movimiento y en constante expansión.
Tu canción será como el sonido de un rumor lejano, que luego irá in crescendo, hasta convertirse en un coro de mil voces, que llenará cada recodo de tu existencia de placentera quietud.
Tan pronto puedas, planta tu propio árbol y ayúdalo a crecer bajo tu
esmerada atención, y después, cuando vengan los años en que te veas protegido
bajo su cariñosa y agradecida sombra, te sentirás satisfecho de disfrutar del
árbol que plantaste; también sentirás alegría al saber, que sin darte cuenta,
tu has sido ayudante del artífice del universo en el proceso milagroso de la
magia de la vida.
En vez de escribir de otros, escribe tu propia historia, haciendo de tu vida
una aventura cotidiana. No te cobijes en méritos ajenos. Sé tú el protagonista.
En vez de pelear contra molinos de viento, conviértete en moderno quijote para luchar contra la adversidad repentina y enfrentar los retos cotidianos; que la luz de la aurora te sorprenda sonriente y agradecido por el nuevo día, y que al llegar la noche te sientas satisfecho de los afanes del día.
En vez de pelear contra molinos de viento, conviértete en moderno quijote para luchar contra la adversidad repentina y enfrentar los retos cotidianos; que la luz de la aurora te sorprenda sonriente y agradecido por el nuevo día, y que al llegar la noche te sientas satisfecho de los afanes del día.
Vive a plenitud tu existencia. Contagia de entusiasmo a cuantos te
rodean. Sonríele a la vida y ella te devolverá con creces tu sonrisa.
Cuando las circunstancias de la vida traten de hundir tu frágil embarcación, mantén tu rostro sereno, con la dignidad de un gran timonel, y aunque una sonrisa no pueda aflorar a tu exterior, mantente en tu interior radiante, asido a la esperanza de un mundo mejor.
Cuando las circunstancias de la vida traten de hundir tu frágil embarcación, mantén tu rostro sereno, con la dignidad de un gran timonel, y aunque una sonrisa no pueda aflorar a tu exterior, mantente en tu interior radiante, asido a la esperanza de un mundo mejor.
Entonces, cuando los años hayan transcurrido, mirarás hacia atrás y te
darás cuenta que tu paso por este plano de existencia no ha sido en vano.
Podrás cantar tu canción preferida, nacida de tu alma, la cual te dio paz en
tus momentos aciagos y podrás disfrutar de sombra y solaz debajo de tu árbol,
que un día plantaste con tanto cariño y
entusiasmo.
Habrás aprendido el arte de vivir, y sobre todo, que eres parte del universo, aunque seas una minúscula partícula de polvo sideral.
Habrás aprendido el arte de vivir, y sobre todo, que eres parte del universo, aunque seas una minúscula partícula de polvo sideral.
José Núñez
25 de enero de 1995
República Dominicana
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