La vista es uno de mis bienes más preciado.
Sería angustioso no volver a ver el crepúsculo con sus atardeceres románticos, vistiendo de color el encuentro del día con la noche...
Sería agobiante no poder admirar la luz de la aurora, que desde el alba va pintando el amanecer...
Sería doloroso no poder contemplar los mágicos y arqueados colores del arcoiris...
Sería desesperante no poder presenciar el cielo estrellado en las noches de estío...
Sería un tormento que mis ojos no vuelvan a mirar el mar, el inmenso mar con sus vaivenes, con sus mitos y leyendas...
Sería trágico no volver a observar los pajarillos revoloteando en las ramas de los árboles en una esplendorosa mañana de primavera...
Sería abrumador y frustrante no poder mirar mi imagen en el espejo...
Agradezco a Dios y a la vida que puedo ver tantas bellezas y maravillas.
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