José, hijo de Jacob, presentó sus hijos Efraín y Manasés a su anciano padre.
Jacob, en el ocaso de su vida, los bendijo, diciendo: "el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes"
Yo, al igual que el patriarca, tengo la firme convicción de que tengo un ángel que me acompaña desde mi juventud y me liberta de todo mal
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