El populismo penal es el reclamo que hacen diversos sectores vulnerables de la sociedad para que se inflijan penas más severas a los infractores de la ley, con el fin de limitar o disminuir los actos de violencia y la criminalidad. Este reclamo válido, y sustentando con campañas mediáticas es aprovechado por los políticos para incorporarlo al discurso demagógico de su plataforma electoral. La gente vulnerable, las que han sido asesinadas, atracadas, violadas, robadas, secuestradas, claman por el endurecimiento de las penas para sacar de las calles a los antisociales que han medrado en la sombra, muchas veces con la complicidad de los encargados de la seguridad ciudadana. Ante tanta inseguridad, la mayoría aboga por el establecimiento de penas severas y la creación de nuevos tipos penales. Los miembros de los partidos políticos han encontrado en el populismo penal una herramienta eficaz para incrementar su popularidad y es una forma práctica que ofrece resultados rápidos y
José Núñez Grullón