Nadie dudó de su sonrisa,
aunque en sus adentros
estaba llena de conflictos,
su interior era un escenario de guerra,
librando mil batallas diarias,
con muchas cicatrices en el alma...
A pesar de los estragos,
de los conflictos,
de las cicatrices,
y de la desolación interna,
mantuvo la serenidad
y se aferró a la vida
y evadió siempre la tristeza...
Nunca dejó de sonreir,
sonrió hasta su último aliento.
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