Roselia estaba en la cocina, incómoda, rabiosa. El marido sentado frente a una computadora. Ella fregando y mirándolo le dice: párate de ahi, deja esa maldita computadora, y ve a resolver el problema del inodoro que nos vamos a llenar de mierda.
El hace un ademán con su mano izquierda, como quien dice no me jodas.
Ella deja el "fregao" y se acerca dos pasos y señalando con su índice le dice: mira es contigo que estoy hablando, párate y mueve ese culo.
El la mira fríamente, y le dice: Sí, está bien. Y vuelve a poner sus ojos en la computadora.
Ella, llena de rabia y de impotencia, le dice: yo creo que lo mejor es que yo me vaya, que me desaparezca y tu no sepas jamás de mi.
El marido ni miró, se quedó imperturbable, ya estaba acostumbrando a esas escenas.
Pasaron unos minutos, y Roselia, cambiada de ropa y arrastrando una pequeña maleta se dirigia hacia la puerta para salir.
El distraído Roberto, al percatarse, se para atropelladamente y le dice: a dónde vas? Espera.
La mujer se devuelve y desahoga su rabia contenida por tantos años: Que quieres que esperes? diez años mas?
Roselia camina de aqui para allá, moviendo la cabeza, respira con ansiedad, se agarra su cabeza con sus dos manos, se agarra el pelo... se ve muy impaciente
Mira Roberto, estoy harta (jarta), es harta que estoy de nuestra relacion y tu indolencia.
El no habla solo la mira.
Ella grita un ayyyy de impotencia: Mira, tenemos 10 años juntos. A estas alturas, si yo no estuviera contigo ya estaría casada y con hijos.
El la mira con una sonrisa burlona.
Sí, casada, porque ni eso me merezco de ti, y con hijos, porque hasta eso me has negado, para hacer mi vida más miserable.
La mujer llorando de rabia, le dice: mírame coño, yo también tengo derecho a tener lo que tienen las demas.
Tu no sabes lo mal que me siento cuando mis amigas hablan de sus esposos y de sus hijos. Se les nota la cara de satisfacción...
La pobre mujer estalla en llanto, y con voz entrecortada continúa diciendo:
... y eso me duele, coño, tú no sabes cuanto me duele, yo perdiendo mi vida contigo.
Y señalando duramente con el índice y con su mirada de rabia le dice: yo no te he pedido tanto, pero tu egoismo es superior a mis necesidades....
Hubo una brevisima pausa.
...Roberto, tengo necesidades vitales, yo necesito ser amada, necesito sentir tu cariño y que compartamos sueños e ilusiones, que hagamos una familia, y un hogar de verdad.
Ay, mierda, no se para que hablo contigo, si ni siquiera me estás oyendo. Mírate ahí, parado, con esa cara de pendejo.
La atribulada mujer llorando le dice: ya no aguanto más, tengo los nervios destrozados. Ya no resisto esta situación, mi vida se está desvaneciendo....
Roberto recostado en la pared y con los brazos cruzados le pone atencion.
Roselia continúa diciendo: lo más triste de este caso, es que ya no eres tan importante en mi vida. Talvez no lo puedas entender porque vives en tu mundo de burbujas, en tu pequeño y egoísta universo.
Me cansé de que entendieras.Te hablé, te dí señales y advertencias.
Roberto sigue imperturbable, Ella lo mira, totalmente destrozada, recoge su maleta, y le dice: Roberto, me voy.
Roberto hace una mueca de incredulidad, esos episodios se repetían casi a diario que ya ni les prestaba atención, tenía la seguridad de que ella se arrepentiría y le pediría perdón.
Pero ella estaba decidida, y con una firmeza inusitada y con voz fuerte y segura le dice:Y esta vez no va a ser como las otras veces, esta vez me voy de verdad y voy a empezar de cero.
Hace una pausa para no llorar y continúa diciendo: Se que nos queremos, pero las cosas no han funcionado, si me quedo viviríamos juntos, pero cada uno en su universo particular y no nos lo merecemos.
Abrió la puerta, decidida a empezar su nueva vida.
“Adios Roberto, voy a empezar desde cero”.
Roberto hace una mueca de incredulidad, esos episodios se repetían casi a diario que ya ni les prestaba atención, tenía la seguridad de que ella se arrepentiría y le pediría perdón.
Pero ella estaba decidida, y con una firmeza inusitada y con voz fuerte y segura le dice:Y esta vez no va a ser como las otras veces, esta vez me voy de verdad y voy a empezar de cero.
Hace una pausa para no llorar y continúa diciendo: Se que nos queremos, pero las cosas no han funcionado, si me quedo viviríamos juntos, pero cada uno en su universo particular y no nos lo merecemos.
Abrió la puerta, decidida a empezar su nueva vida.
“Adios Roberto, voy a empezar desde cero”.
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