Cada vez que quiero elevarme en mi orgullo, arrogancia y soberbia, me acuerdo que voy a morir y eso me baja instantáneamente.
Cuando nací me dieron la garantía de que un día voy a morir, y eso me hace ser humilde.
Siempre he estado consciente de que la muerte es inevitable e ineludible.
La arrogancia y altivez del hombre terminan en la tumba oscura y fría.
Preparémonos para esta cita final.
Qué te parece, Toño?
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