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Maritza “la cuero”

El título no es para alarmarse, ni causar el “rubor moral” de hipócritas moralistas de pacotilla. Pudiera haberse titulado “Maritza, la prostituta”, o más estilizado: “Maritza, la meretriz”, pero la realidad es que en su barrio, desde su niñez, le llamaron: “Maritza la cuero”. Y esta es una de las historias que suceden a diario en este país. Le llamaban Maritza la Cuero , por sus incesantes actividades promiscuas y favores sexuales a cambio de dinero. Maritza fue violada por un tío suyo a los once años de edad. Ese día que marcó su vida, su tío le regaló cinco mil pesos para que no hablara y la consabida amenaza de matar a su madre si lo denunciaba. Maritza vivía humildemente con su madre soltera, su padre había abandonado el hogar cuando ella tenía dos años de existencia. Emiliano, tío de Maritza, la visitaba cada quince días para mantener sus relaciones incestuosas y darle el dinero de sus caricias vendidas, y le instruía de que cada favor sexual se te

Reloj de faltriquera

El tío Toño definiendo térninos y palabras en español -Tío que es un reloj de faltriquera? -Es un reloj de bolsillo que está sujeto a una cadenilla metálica (oro, plata, niquel) llamada leontina. -Toño, la gente se ve elegante cuando saca un reloj de bolsillo. -Sí, y aunque ya no es de uso común, las personas los usan como signo de elegancia, etiqueta y posesión de riqueza. -Y por qué le dicen de faltriquera? -Faltriquera es un sinónimo de bolsillo. -Gracias, y qué es un monóculo? -Sobrino, es un lente para un solo ojo -Tío yo he leído frases que le decían a Trujillo: el perínclito de San Cristobal, qué significa perínclito? -Significa grande, heroico, ilustre, y tú sabes bien que los aduladores de Trujillo usaban toda clase de adulonería. -Así es Toño? y ya la última: Qué significa orcopolita? -Orcopolita, como tal, no aparece en el diccionario. Fue una palabra acuñada por Duarte para decirle a Pedro Santana y a los traidores que eran unos orcopolitas, es de

Evoco tu recuerdo

    Al evocar tu recuerdo llegan a mi memoria nuestros momentos idílicos, las citas de amor furtivas, encuentros memorables de amor apasionado, de entrega sin límites, sin barreras, sin fronteras. Evoco tu recuerdo y llegan hasta mi los efluvios efervescentes de tu amor sin tregua, que fluyeron placenteramente por cada surco de mi alma. Nunca olvidaré el día que me entregaste tú virgínea candidez y yo te entregué todo, entregué mi primera vez y los instantes de amor más intensos de mi vida. Evoco tu recuerdo y todavía te siento, intensa y atrevida. Te quedaste en mis adentros y dejaste un gusto a mujer en mi boca.

El viento escuchó tus palabras

                                                          Aquella mañana prístina de primavera, me dijiste que me querías, y el viento escuchó tus palabras. Y cuando te marchaste  aquella noche de invierno, ese mismo viento, gélido como la muerte, fue testigo de tu partida y de tus promesas incumplidas. Ese viento, testigo fiel de mi amor desolado, se llevó tus palabras, se llevó tu presencia, se llevó tus promesas, se llevó tus besos, y me quedé solo, apagando las pasiones y desvaneciendo los sueños. Hoy, el viento tocó mi puerta, susurró a mi alma  que alguien vendrá  y me devolverá la calma.
Tu piel se erizaba con la mía y los espasmos de tu vientre eran frenéticos e indomables. Estabas salvajemente excitada, no había manera de detenerte, solo me entregué a tus placeres y a la pasión encadenante de tus orgasmos incesantes. Te sentía tan mía, y tú me sentías tan tuyo. Tú y yo, dos cuerpos en llamas que se volatizaron y solo se sentía el ardiente placer de nuestra intimidad desnuda. Nuestra lascivia nos llevó  a consumirnos en el infierno y nuestra entrega absoluta nos ascendió a los portales de la gloria.

Esa lluvia coqueta que cae...

Esa lluvia coqueta que cae... Esa lluvia que cae ligera en mi techo, coquetea con mis sentidos, con mis deseos, con mis sentimientos. Esa lluvia coqueta que cae sensual y seductora, enardece mis emociones y aviva mis anhelos y mis ansias por ti. Esa lluvia coqueta que cae me trae tus recuerdos, reminiscencias de pasiones imborrables. Esa lluvia coqueta que cae fue cómplice estelar de momentos románticos intensos, de pasiones tórridas, de entregas sin límites, de sentimientos desboradados, y de orgasmos volcánicos. Esa lluvia coqueta que cae fue testigo de ese amor apasionado que no debió terminar. Esa lluvia coqueta que cae...

El cuarto hombre

El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de su imagen e invitó a sus capitanes, autoridades y gentes importantes de la sociedad de Babilonia a participar en la develización de su imagen de oro, símbolo de su poder y grandeza. Al mismo tiempo decretó que todos debían postrarse y adorar su imagen cuando empezara el ceremonial con la música tradicional. Aquellos que no cumplieran su orden serían echados en un horno de fuego. El temido decreto fue acatado en su totalidad, excepto por tres jóvenes judíos. Fueron con el chisme al rey y éste ordenó  llamar a su presencia a los jóvenes infractores. Cuando los cuestionó, la respuesta fue: Nuestro Dios puede librarnos del horno de fuego ardiente, y si no lo hace, morirermos, pero no adoraremos la estatua que has levantado. Nabucodonosor, enfurecido, ordenó que calentasen el horno siete veces más de lo acostumbrado y tiraran a los jovenes. El horno estaba tan caliente, que los hombres que tiraron a los tres jóvenes, murieron co