JAVIER SOLIS
El nombre real de Javier Solís, el rey del bolero
ranchero, era Gabriel Siria Levario.
Nació en México, en el Distrito Federal,
el 1 de Septiembre de 1931.
Era de extracción humilde
y tuvo que ganarse la vida como panadero, carnicero, cargador de
canastas en el mercado y lavador de automóviles.
A los 18 años, se
decidió por la música, lo que lo llevó a participar y ganar concursos de canto
en las carpas de barrio como las del Teatro Salón Obrero y la del Salón
Escandón, con sus interpretaciones de tangos, bajo el seudónimo de Javier
Luquín.
Se inició sin una enseñanza profesional, pero después comenzó a tomar clases. Su admiración por Pedro Infante hizo que en sus inicios adoptara un estilo similar, sin imaginar que después impondría uno propio, gracias a sus capacidades vocales.
En 1958, con el nombre de Javier Solís consiguió grabar "Llorarás, llorarás", con un estilo propio y una voz auténtica, educada con base en consejos profesionales.
Se inició sin una enseñanza profesional, pero después comenzó a tomar clases. Su admiración por Pedro Infante hizo que en sus inicios adoptara un estilo similar, sin imaginar que después impondría uno propio, gracias a sus capacidades vocales.
En 1958, con el nombre de Javier Solís consiguió grabar "Llorarás, llorarás", con un estilo propio y una voz auténtica, educada con base en consejos profesionales.
Tuvo una carrera espectacular. Su prolífica trayectoria
consta de más de 300 canciones en su repertorio, varios álbumes y películas.
En abril de 1966 fue internado en el Hospital Santa Elena
debido a problemas con la vesícula y fue operado un día después de manera
satisfactoria.
Se han recogido 4
diferentes versiones de su enfermedad y fallecimiento, sin que se tenga por
válida ninguna de ellas. Una de estas versiones, la más difundida, dice que
luego de su operación, el artista desoyó la prohibición médica de tomar agua
fría, lo cual le produjo un paro cardíaco.
Murió a la edad de 34 años, el 19 de abril de 1966.
Esta publicación va dedicada a mi primo José Núñez
Nolasco, ido a destiempo y que fue un fanático de Javier Solís, al igual que su
padre José Núñez Fanini.
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