Ir al contenido principal

El Dios de Spinoza






 Cuando a Einstein le preguntaban: “¿Cree Ud. en Dios?”.  El respondía:“Creo en el Dios de Spinoza”.

Dios hubiera dicho:

“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.

Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus
 amigos, en los ojos de tu hijito...

¡No me encontrarás en ningún libro!

Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad?

¿Qué clase de Dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.

Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?...

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?

Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí.

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.

¿Para qué necesitas más milagros?
¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en ti”.

Baruch Spinoza 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

EL TABERNACULO

El Tabernáculo fue el lugar que Dios escogió para habitar junto a su pueblo Israel en el desierto. Mois és y sus ayudantes fueron simplemente constructores, ya que fue el mismo Dios el arquitecto y diseñador del Tabernáculo, dándoles las medidas y materiales que se utilizarían en dicha construcción. Era una copia exacta del Tabernáculo celestial, del cual Moisés tuvo el privilegio de ver y la responsabilidad de hacerlo tal y como le fue mostrado en la cima de la montaña. Todo fue hecho según el pensamiento de Dios, a fin de que todo correspondiese a la santidad de Dios. Ningún detalle de la ejecución quedó librado a la imaginación o la apreciación del hombre. A Moisés se le ordenó hacer todas las cosas conforme al modelo que se le mostró en el monte. Siglos después, Juan, en su revelación apocalíptica pudo ver como fue “abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio” El objetivo del Tabernáculo era que serviría de comunión entre Dios y su

Causas de la ocupación haitiana de 1822

Entre las causas principales que permitieron que Haití ocupara por tercera vez la parte oriental de la isla La Española están: 1) La tesis de la indivisibilidad de la isla, proclamada por Toussaint Louverture; 2) el desinterés de las autoridades españolas por su colonia, debido a la guerra que libraba España en Europa;  3) el descontento  de las poblaciones esclava y mulata que vieron que la nueva Acta de Constitución, de 1821, de José Núñez de Cáceres, no establecía la abolición de la esclavitud.  4) la conspiración de los grupos pro-Haití que propugnaban por la unión de la isla, mayormente  de los blancos propietarios que eran pro-españoles; 5) y el apoyo que recibió Boyer de los productores de tabaco y de los comerciantes del Cibao para llevar a cabo el propósito de la unificación de la isla.  La tesis de la indivisibilidad de la isla La tesis de Toussaint Louverture cuando en 1801 proclamó: “La isla es una e indivisible” ya para el año de 1816  tenía rango cons
Muere Ronnie Biggs, ‘el ladrón del siglo’ Participó en el asalto al tren de Glasgow hace 50 años y protagonizó una espectacular huida a Brasil, donde vivió 36 años Patricia Tubella Londres 18 DIC 2013 - 11:06 CET 21 Ronnie Biggs, el miembro más célebre de la banda que perpetró el llamado “robo del siglo”, falleció ayer a los 84 años en su Inglaterra natal, un país al que retornó hace una década después de un largo periplo de huida que le mereció portadas en todo el mundo. Biggs fue solo uno más entre los quince hombres que asaltaron el tren postal que recorría el trayecto entre Glasgow y Londres el 8 de agosto de 1963, pero su nombre ha pasado a los anales por su fuga espectacular de la justicia y las recurrentes comparecencias publicitarias desde su refugio de Brasil, donde no dejó de buscar la notoriedad. La última aparición pública de Biggs, un hombre cuyo rostro demacrado reflejaba los estragos de la enfermedad, se produjo el pasad